Por
Mtro. Carlos Alberto Chiñas Narváez
Doctorante en Educación
CEVIP - Xalapa
Después de revisar a distintos autores,
considero que los estudiantes del Siglo XXI en México tienen una magnifica
oportunidad para transformar el México de nuestro siglo, siempre y cuando
acepten el reto y se involucren realmente en lo que son: verdaderos dueños de
su proceso de aprendizaje.
En
un claro ejercicio comparativo de carácter personal y de acuerdo con Walter
Alfredo Juárez Zapata (2005) de la Universidad de Antioquía, Colombia en su
artículo “Formación por competencias en educación superior. Una aproximación
conceptual a propósito del caso colombiano” quien manifiesta citando a
Lafrancesco (2004) que los estudiantes han pasado por diferentes estadios y que
sus roles han sido distintos.
Según
Lafrancesco (2004) en 1903 el sujeto de la educación se le nombraba alumno y su
función era la de oír, en cambio hacia 1925, su rol era de estudiante y su
función era la de entender, hacia 1950, su rol era de discente y su función era
la de experimentar, hacia 1975, su rol era de educando y su función era la de
aprender, ya en el año 2000, su rol era la de líder transformacional y su
función era de la competir.
Mientas
tanto Delors (citado por Zúñiga Sánchez, M. 2012) afirmaba a principios del
siglo XXI, que ahora podemos entender,
que la educación tiene la misión de permitir a todos, sin excepción, de hacer
fructificar sus talentos y sus capacidades de creación, lo que implica que cada
quien debe responsabilizarse de sí mismo, de su auto aprendizaje para realizar
así su proyecto personal.
Luego
entonces, considero que el estudiante del siglo XXI en México debe al menos, aprender
a conocer combinando una cultura general para profundizar los conocimientos en
un pequeño número de materias, esto supone aprender a aprender a lo largo de
toda la vida. Debe también, aprender a hacer para adquirir no sólo una
calificación profesional, sino una competencia que lo capacite para hacer
frente a situaciones y trabajar en equipo, incluyendo por su puesto el también
aprender a hacer en el marco de experiencias sociales o nacionales. Debe aprender
a vivir juntos desarrollando la comprensión del otro y las formas de interdependencia,
trabajar en proyectos comunes y resolver los conflictos con los valores de pluralismo,
comprensión mutua y paz y por último aunque no determinante, debe aprender a
ser para que la propia personalidad esté en condiciones de obrar con creciente
capacidad de autonomía, de juicio y de responsabilidad personal. (Delors 1999).
En
resumen, considero que el estudiante mexicano ya no es aquel que limita su
juicio crítico en el paradigma conductista, sino que ahora fortalece su
pensamiento crítico que lo lleva poco a poco a la autonomía de sus propios aprendizajes.
Referencia:
https://revistas.usal.es/index.php/eks/article/view/9021/9265 Zúñiga Sánchez, M. (2012). Los estudiantes
universitarios del siglo XXI en México: de la pasividad a la autonomía y al
pensamiento crítico. Revista Teoría de la Educación: Educación y Cultura en la
Sociedad de la Información. 13(2), 424-440[Fechadeconsulta:09/05/2020].http://campus.usal.es/~revistas_trabajo/index.php/revistatesi/article/view/9021/9265
Pág. 428.
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