lunes, 23 de noviembre de 2020

“La democracia está fundada en el pluralismo y entre más potente es este pluralismo, más fuerte es la democracia”

 



“La democracia está fundada en el pluralismo y entre más potente es este pluralismo, más fuerte es la democracia”

 Dra. Sylvia Schmelkes. INEE México.

 

            La doctora Schmelkes, es Socióloga y maestra en investigación y desarrollo educativo por la universidad iberoamericana y en este documento nos presenta a través de un espléndido dialogo, sus opiniones en relación a la Diversidad Cultural, al pluralismo, a la importancia del reconocimiento de la diversidad en la educación indígena.

 Sin duda es un enriquecedor ejercicio el poder acercarnos a sus planteamientos sobre la educación como un principio de derecho humano. Es de destacarse que sus opiniones siempre son directos, sin rodeos, le llama a las cosas por su nombre y al final resulta un ejercicio acido de la problemática que presenta la educación en México y en América Latina.

 Inicia afirmando que la historia en materia educativa ha estado orientado a la homogenización y que al pretender trabajarlo desde la diversidad implica dar un giro de 180 grados.

 Cuando se crean los estados americanos se trabaja por la unidad nacional, produciendo un enorme temor ante cualquier tipo de reconocimiento de lo diverso. Se trataba de ver lo común que nos hacía fuerte sobre la debilidad que generaba lo que nos pudiera hacer diferente.

 Al paso de los años, resulto necesario reconocer la necesidad de atender de manera diversificada a aquellos que tenían una cultura distinta y hablaban otra lengua. Al principio, se atendía la diversidad cultural y lingüística, pero las declaraciones sobre la educación inclusiva hicieron ver que la atención a la diversidad cultural y a la atención a la diversidad de capacidades, tiene en común muchos principios filosóficos y pedagógicos.

 El desafío de transitar hacia una interculturalidad incluyente claramente ocupa un lugar en la agenda educativa de la región. La pluralidad de nuestros pueblos ya se reconoce a nivel constitucional y en muchas de nuestras legislaciones educativas se explicita la necesidad de que la educación atienda a la diversidad.

 Por otra parte, afirma que la política más importante ha sido la de la atención en la propia lengua y el respeto de la cultura de los pueblos indígenas. La educación intercultural debe estar destinada a toda la población, para poder apreciar la diversidad que existe en nuestro país y de este modo eliminar el enorme racismo que explica porque los pueblos originarios están social y económicamente postergados.

 La educación intercultural se ha entendido como una educación para los indígenas, cuando es evidente que no se limita a eso. Tiene que ser para toda la población, sino no se puede llamar intercultural.

 Reconozco que la indignación es un paso sumamente importante para desmontar el racismo y favorecer una toma de conciencia enteramente distinta acerca de lo que hay que hacer ante la diversidad. Otro paso importante es el del aprecio. Al ser enriquecido por el otro diferente, no podemos más que realmente apreciarlo y transferimos el aprecio a los otros que son diferentes como él.

 Los aciertos y las limitaciones de las políticas interculturales paralelas al sistema educativo formal, se manifiestan cuando revisamos hacia 1978 y vemos que no hubiera sido posible que desde el corazón del sistema se atendiera a la diversidad. Todavía el paradigma de la homogeneidad era demasiado fuerte y se necesitaba una estructura aparte que pudiera funcionar haciendo foco en la diversidad. Hubiera sido difícil ofrecer una educación en la lengua propia desde el corazón mismo del sistema.

 Poco a poco, se fue haciendo un subsistema con sus propias normas, inferiores a las regulares, sus propios esquemas de reclutamiento de docentes y una calidad educativa inferior.

 Actualmente en la mayoría de nuestros países, el cien por ciento del tiempo curricular está centrado en el desarrollo de objetivos nacionales y considero que eso debería de cambiar para que una parte importante de los contenidos sea generada regional y localmente.

 Los objetivos de creación de ciudadanía, vinculados con la posibilidad de generar un pueblo participativo, democrático y responsable socialmente, deben partir de las experiencias que las propias escuelas puedan ir desarrollando en función de sus contextos locales, porque la forma de participar y la manera de entender la democracia no es universal.

 Las principales demandas educativas de los pueblos indígenas son:

 1.- Una educación cultural y lingüísticamente pertinente. Se trata de una demanda histórica que inicialmente aludía a la educación primaria y ahora se extiende a todos los niveles educativos, inclusive al superior y a la formación de docentes.

 2.- Tiene que ver con una educación intercultural para todos, que favorezca el conocimiento y la valorización de la diversidad.

 3.- La demanda de los pueblos indígenas es poder ellos mismos administrar, darle contenidos y evaluar sus propios sistemas educativos.

 Debemos de trabajar hacia la transformación de los contextos incluyentes que se necesitan en nuestros pueblos, no podemos transitar hacia una nueva interculturalidad incluyente que ocupe un lugar significativo en la agenda educativa de la región si seguimos entendiendo que la educación intercultural es solo educación para los indígenas pues solo si se extienden a toda la población puede hablarse de auténtica educación intercultural.

 Por último, en palabras de Silvia Schmelkes, es necesario abrir la política educativa a la participación de las organizaciones indígenas. Actualmente están presentes en las instancias de consulta pero muy pocas veces son convocados como actores relevantes durante el diseño e implementación de los contenidos y formas de las propuestas educativas.

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario