viernes, 12 de marzo de 2021

“¿Cómo se hace una tesis? Umberto Eco

 


SEMINARIO DE TESIS DOCTORAL I

 UNIDAD I

EL DOCTORADO Y LA TESIS DOCTORAL

                                                                                                                                                                            Por:

M.E. Carlos Alberto Chiñas Narváez

Estudiante de Doctorado en Educación

CEVIP. Centro Veracruzano de Investigación y Posgrado

Cd. De Xalapa, Enríquez, Veracruz. México.

28/07/2019

 

 

ACTIVIDAD 1           Reporte de lectura

 “¿Cómo se hace una tesis?

Umberto Eco

             Aunque muchas veces me ha resultado interesante conocer sobre los procesos de investigación no niego que siempre termino con un dolor de cabeza cuando me enfrento a este tipo de retos, tal vez porque no he sabido enfrentarlos o porque me he perdido en el camino.

 En esta ocasión y revisando la obra de Umberto Eco “¿Cómo se hace una tesis?” he descubierto algunos elementos que en ocasiones anteriores no había tomado en cuenta.

 Pero, ¿quién es Umberto Eco?, según el portal Alohacriticón (Recuperado de https://www.alohacriticon.com/literatura/escritores/umberto-eco/ el 15 de julio de 2019 12:30 pm) nos dice que el escritor, crítico literario y profesor de semiótica Umberto Eco nació el 5 de enero de 1932 en Alessandria, una localidad cercana a Turín (Italia). Era hijo de Giovanna Bisio y del contable Giulio Eco.

 Tras terminar sus estudios secundarios, Eco se trasladó a la Universidad de Turín para estudiar Derecho, carrera que abandonó por la de Literatura y Filosofía Medieval, época histórica de la que se convirtió en un experto y que sirvió de base temporal para varias de sus futuras novelas.

 En el año 1954 se doctoró con una tesis sobre el filósofo Tomás de Aquino, sobre el que dos años después escribió “El Problema Estético En Santo Tomás” (1956), su primer libro publicado.

 A partir de mediados de la década de los 50, Umberto Eco trabajó como editor cultural para la RAI, dejando su puesto en 1959.

 En 1962 contrajo matrimonio con la especialista en arte y artista alemana Renate Ramge, con quien tuvo dos hijos.

 Una de las principales facetas como divulgador de Eco fue su erudición en semiótica, impartiendo clases en Florencia y Milán, y desde 1971 en la Universidad de Bolonia, y publicando diversos ensayos a lo largo de su trayectoria profesional, como “Obra Abierta” (1962), “La Estructura Ausente” (1968), “Una Teoría De Semióticas” (1976), “Un Panorama Semiótico” (1979) o “En Busca Del Lenguaje Perfecto” (1995).

 Al margen de sus libros, Umberto Eco ha colaborado como columnista en múltiples periódicos y revistas, entre ellos el “Corriere Della Sera”, “L’Espresso” o “La Repubblica”.

 De tan excelsa productividad nos encontramos con su libro ¿Cómo se hace una tesis? Y de la cual realizaremos un reporte de lectura que abarca solo una parte de tan enriquecedora obra, tratando de resaltar los puntos más concretos y adecuados para su comprensión y asimilación.

 Este libro se compone de 8 capítulos que nos va llevando de la mano para lograr la metodología necesaria que nos permita alcanzar el mayor aprovechamiento de la investigación en cuestión.

 De acuerdo a una pequeña referencia, podemos decir que “los consejos de este libro se dirigen en primer lugar a los estudiantes de disciplinas humanísticas; incluyendo ciencias políticas y derecho. El propósito es enseñar cómo escoger un tema; organizar el tiempo; llevar a cabo una búsqueda bibliográfica y estructurar el trabajo elaborado”.

 Para efectos de este reporte, trabajaremos los capítulos I y II.

 En el capítulo I y como título nos encontramos con una pregunta inicial que nos permite establecer el principio de este arduo trabajo, la cual es ¿Qué es una tesis doctoral y para qué sirve? Misma que es desarrollada a través de 4 puntos básicos para entender la obra y ubicarnos en su importancia. Puntos como ¿para qué hacer una tesis y en qué consiste?, ¿a quien le interesa este libro?, ¿cómo una tesis sirve también después del doctorado? Y cuatro reglas obvias en la elaboración de una tesis.

 De una manera sencilla, el autor nos explica que una tesis de doctorado es un trabajo “mecanografiado” de una extensión media que varía entre las cien y las cuatrocientas páginas, en el cual el estudiante trata un problema referente a los estudios en que quiere doctorarse.

 Las tesis de doctorado constituyen un trabajo original de investigación con el cual el aspirante ha de demostrar que es un estudioso capaz de hacer avanzar la disciplina a que se dedica.

 Sugiere el autor que dicho documento debería elaborarse a la edad de 40 o 45 años, porque se trata precisamente de investigación original, que hay que conocer lo que han dicho sobre el tema los demás estudiosos y, sobre todo, es preciso “descubrir” algo que los demás no hayan dicho jamás.

 Según el autor, podemos encontrar dos tipos de tesis en cuanto a su importancia: Tesis de Investigación y Tesis de compilación.

 En una tesis de compilación el estudiante se limita a demostrar que ha revisado críticamente la mayor parte de la literatura existente, que ha sido capaz de exponerla con claridad y ha intentado interrelacionar los diversos puntos de vista, ofreciendo así una panorámica inteligente, quizá útil desde el punto de vista informativo para un especialista del ramos que no haya estudiado en profundidad tal problema particular.

 Ahora bien, en cuanto a la efectividad de su obra el autor nos hace la siguiente aclaración: “Estando así las cosas, cabe pensar que hay muchos estudiantes que se ven obligados a hacer una tesis para poder sacar el título a toda prisa y lograr el ascenso de categoría, para cuya obtención se han matriculado en la universidad. Son estos los que pedirían instrucciones sobre cómo hacer una tesis en un mes con vista a obtener una nota cualquiera y salir de la universidad. Ya desde ahora hemos de decir que este libro no es para ellos.

 Brincado lo anterior, podemos entender que hay dos modos de hacer una tesis para que sirva también después del doctorado. El primero consiste en hacer de la tesis el principio de una investigación más amplia que se seguirá en los años siguientes si, naturalmente, se tienen ganas y posibilidades.

 Uno de los aspectos que más llama la intención en cuanto al posicionamiento del autor es cuando afirma que “hacer una tesis significa: localizar un tema concreto, recopilar documentos sobre dicho tema, poner en orden dichos documentos, volver a examinar el tema partiendo de cero a la luz de los documentos recogidos, dar una forma orgánica a todas las reflexiones precedentes, hacerlo de modo que quien la lea comprenda lo que se quería decir y pueda, si así lo desea, acudir a los mismos documentos para reconsiderar el tema por su cuenta”.

 Hacer una tesis significa aprender a poner orden en las propias ideas y a ordenar los datos, es una especie de trabajo metódico, supone construir un “objeto” que, en principio, sirva también a los demás. Y para ello no es tan importante el tema de la tesis como la experiencia de trabajo que comporta. En definitiva, hacer una tesis es como adiestrar la memoria y por ello surgen las cuatro reglas obvias para trabajar una tesis las cuales son:

                     1.- Que el tema corresponda a los intereses del doctorando.

2.- Que las fuentes a que se recurra sean asequibles.

3.- Que las fuentes a que se recurra sean manejables.

4.- Que el cuadro metodológico de la investigación esté al alcance de la experiencia del doctorando.

             En el Capítulo II, encontramos como tema central “La Elección del Tema”, mismo que se va desglosado con base a 9 preguntas detonadoras que nos aclaran diversos aspectos sobre la posibilidad de realizar una buena elección del tema a investigar.

 Las preguntas son: ¿Tesis monográfica o tesis panorámica? ¿Tesis histórica o tesis teórica? ¿Temas clásicos o temas contemporáneos? ¿Cuánto tiempo se requiere para hacer una tesis? ¿Es necesario conocer idiomas extranjeros? ¿Tesis científica o tesis política? ¿Qué es la cientificidad? ¿Temas histórico-teóricos o experiencias «en caliente»? ¿Cómo transformar un tema de actualidad en tema científico?

 Para empezar, el autor nos explica los riesgos de intentar realizar una tesis panorámica, ya que con el afán de querer impresionar o por no poder controlar el impulso, se puede caer en el error de realizar un trabajo inacabable.

 La primera tentación del estudiante es hacer una tesis que hable de muchas cosas, por eso considera importante dejar en claro que el término monográfico puede tener una acepción más amplia. Una monografía es el tratamiento de un solo tema y como tal se opone a “una historia de”, a un manual, a una enciclopedia.

 Según el autor, es mucho más excitante hacer la tesis panorámica, pues entre otras cosas parece aburrido tener que ocuparse durante uno o más años del mismo autor, pero se comprende que hacer una tesis rigurosamente monográfica no significa en modo algún perder de vista el panorama.

 Y a manera de conclusión, nos recuerda este principio fundamental: cuanto más se restringe el campo mejor se trabaja y se va más seguro. Una tesis monográfica es preferible a una tesis panorámica. Es mejor que la tesis se asemeje más a un ensayo que a una historia o a una enciclopedia.

 Con lo anterior, podemos decir en palabras coloquiales que “el que mucho abarca poco aprieta”.

 Por otra parte brincando a la segunda pregunta, el autor trata de diferenciar la necesidad de una tesis histórica y una tesis teórica y a mi parecer, la tesis se define de acuerdo a la materia que se trabaje, ya que muchas de ellas podría basarse en los datos históricos que las acuerpan, en cambio, las materias experimentales podrían resultar también más teóricas.

 Según el autor, una tesis teórica, es una tesis que se propone afrontar un problema abstracto que ha podido ser, o no ser, objeto de otras reflexiones. No podemos quedarnos atrapados en el aspecto banal de la individualidad de las conclusiones, al final siempre es recomendable “subirse” a los hombros de otros investigadores que nos permitan comparar, discernir y determinar la base de nuestros resultados. Considero que la determinación del investigador es fundamental para determinar si se realiza una tesis histórica o una tesis teórica.

 La pregunta tres, nos lleva por los senderos de la temporalidad. ¿Son mejores los temas clásicos o los temas contemporáneos?

 Hay que decir cuanto antes que el autor contemporáneo es siempre más difícil.

 Es indudable que el autor clásico impone una lectura más fatigosa, una investigación bibliográfica más atenta, pero si se entiende la tesis como la ocasión de aprender a construir una investigación, el autor clásico plantea más problemas que destreza.

 En realidad no existen reglas precisas y un buen investigador puede llevar a cabo un análisis histórico o estilístico sobre un autor contemporáneo con la misma penetración y precisión filológica con que se trabaja un clásico.

 La siguiente pregunta, me resulta por demás interesante, sobre todo porque choca con el planteamiento del autor sobre la necesidad de discurrir en el tiempo para lograr una buena investigación, o al menos la intención.

 El autor se pregunta ¿Cuánto tiempo se requiere para hacer una tesis? Y el mismo se responde, “digamos de entrada: no más de tres años y no menos de seis meses”.

 Cuando se habla de seis meses o tres años se piensa naturalmente no en el tiempo de la redacción definitiva, que puede ser de un mes o de quince días según el método con que se ha trabajado, sino más bien en el lapso de tiempo transcurrido desde que surge la primera idea de la tesis hasta la entrega del trabajo final.

 Considero que no es necesaria la estreches del tiempo, sino la responsabilidad del investigador, porque si se escoge un tema con bastante información, por más que se quiera avanzar rápido, no se debe de sacrificar la calidad de la investigación por la premura del tiempo.

 En otro planteamiento el autor se pregunta si ¿es necesario conocer idiomas extranjeros para escribir una tesis? Aparentemente no, sin embargo, para el enriquecimiento del propio investigador resulta muy propio dominar una segunda lengua.

 El autor considera que si se decide realizar una tesis basados en algún autor de otro idioma, siempre es aconsejable leer su literatura en su propia lengua y para ello recomienda 3 puntos:

             1.- No se puede hacer una tesis sobre un autor extranjero si este no es leído en su lengua original.

            2.- No se puede hacer una tesis sobre un tema si las obras más importantes que se refieren a él están escritas en una lengua que no conocemos.

            3.- No se puede hacer una tesis sobre un autor o sobre un tema leyendo solo las obras escritas en las lenguas que conocemos.

 Por ello, antes de establecer el tema de una tesis hay que ser astutos y echar una primera ojeada a la bibliografía existente para estar seguro de que no hay dificultades lingüísticas notables.

 En todo caso, si no se conocen lenguas extranjeras y no se puede aprovechar la preciosa ocasión de la tesis para empezar a aprenderlas, la solución más razonable es la tesis sobre un tema específicamente castellano en el que las referencias a literatura extranjera sean fáciles de eliminar o de resolver recurriendo a unos pocos textos ya traducidos.

 En la pregunta seis, ¿tesis científica o tesis política? Encontramos que según el autor ambas tesis se relaciona porque una tesis científica puede ser política y viceversa. Dentro de esta pregunta, encontramos 3 preguntas más en donde el autor nos plantea la necesaria reflexión de determinar qué es lo que queremos investigar. Si nos decidimos por una investigación científica debemos de cumplir los siguientes requisitos: 1.- La investigación versa sobre un objeto reconocible y definido de tal modo que también sea reconocido por los demás. 2.- La investigación tiene que decir sobre este objeto cosas que todavía no han sido dichas o bien revisar con óptica diferente las cosas que ya han sido dichas. 3.- La investigación tiene que ser útil a los demás y 4.- La investigación debe suministrar elementos para verificación y la refutación de las hipótesis que presenta.

 El autor considera que podemos trabajar temas tanto histórico-teóricos o experiencias en “caliente”, ya que lo importante no es en si el tema de la misma sino la experiencia que se logra con el desarrollo de la investigación, incluso pudiendo transformar un tema de actualidad en tema científico, ya que se puede hacer de modo científico una tesis que otros definirían, en cuanto al tema, como puramente periodístico y se puede hacer de modo puramente periodístico una tesis que, a juzgar por el título, se tendría todo lo necesario para parecer científica.

 A manera de conclusión personal, creo que el autor pretendió crearnos un panorama general de muchas aquellas preguntas que no hacemos al momento de iniciar una investigación.

 A veces preguntas insignificantes ante la mirada de un especialista, pero preguntas complejas para un incipiente estudiante que tiene la imperante necesidad de iniciar un trabajo de investigación.

 En lo personal, me gusto el estilo ligero del autor y la manera tan magistral de manejar situaciones que se podrían presentar al momento de seleccionar un tema de investigación. Considero que la aclaración en la importancia de la limitación de la investigación es fundamental para la consecución del éxito en la misma ya que con el afán de querer impresionar a un jurado calificador podemos complicarnos el ejercicio académico.

 Creo que fue muy enriquecedora esta lectura.

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